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sábado, 9 de enero de 2010

EL JUGADOR

PARA SER UN BUEN JUGADOR

Creer en ti sin creerte nada. Poseer seguridad sin convertirla en prepotencia. Conjugar confianza y humildad. Fe en los compañeros y respeto al rival. Competitividad máxima y deportividad impoluta. Y la gran clave: no hacer caso a los elogios, una lucha feroz contra la complacencia. Ver los vídeos y renunciar al elogio fácil, porque al día siguiente puede ser mejor o también peor. Recordar que al día siguiente queda mucho por hacer. Olvidarse de la victoria de ayer para volver a desear la victoria de mañana con la misma sed, pero sin olvidar que todo lo que se hizo bien ayer te hará fuerte para mañana. Y tantas cosas.

Durante la competición la victoria es lo importante, pero hay que tener en cuanta ciertas cosas:

Cuando se pierde, si se ha hecho bien, se acepta. Y no se destroza nada, se acepta. Si se gana, se disfruta. Se disfruta, se llora, se vuelve uno loco y piensa en su infancia y en sus amigos y en su familia y en todo lo que quiere en el mundo.

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