CARTA ABIERTA
El mini desconocido Autores: Rubén Bertinotti Ricardo Bojanich
A mis padres, a mis entrenadores, a mis dirigentes...
Sé lo que todos me quieren, cada uno lo demuestra permanentemente en cada acto, en cada lugar y relación que nos une. Pero para que ese amor que sienten hacia mí y por el que yo siento hacia ustedes, quiero que me den la posibilidad de ser libre, de crecer de la manera más pura y desatado de obligaciones que pueda.
Déjenme jugar con la alegría de que por sí me representa, déjenme ser un niño que a mi me gusta serlo.
No quieran que logre cosas que tal vez sean importantes, pero para otro momento, y rebuscarlas ahora representaría perder otras en pos de aquellas, y a las que considero hoy muy importante...
Déjenme vivir la edad que tengo pues sólo para una vez por mi vida.
No planifiquen tanto conmigo y mis cosas, no se desesperen por mis derrotas y menos aún, no se sientan derrotados; pues el dolor que me produce perder, termina cinco segundos después del llanto y ya ni me acuerdo, volviendo a sentir alegría por jugar y ser aún un niño...
No busquen triunfos a través mío, no pretendan hacerme como fueron o no pudieron serlo; no malgasten el tiempo, soy un niño y quiero serlo.
A ustedes padres elijan un club donde mandarme, si es posible que me guste y tenga un profesor que me prepare para un día ser un buen jugador, pero no hoy, donde quiero hacer lo que siento, me gusta y puedo.
No quieran que sea un chico grande, busquen que sea un gran chico... sé lo que sufren en una cancha cuando juego, pero no me gusta que pase así, pues en ese momento yo soy feliz, estoy jugando; y pareciera desde adentro que compitieran los de afuera por nosotros, que se tuvieran celos entre padres, que sufrieran por el triunfo que no llega o por el movimiento esperado y oportuno que no puedo darles.
Pero si me dieran tiempo, y entendieran que éste ahora tiene que ser así, que en el deporte como en la vida todo tiene un tiempo, seguramente un día podría dárselos.
¡Por favor! Déjenme jugar sin presiones, sin retos, sin tantas correcciones, sin ver la triste realidad de verlos pelear por mí...
¡Por favor! Dejen que juegue solo, dejen que me divierta, dejen que sea feliz, soy un niño no lo olviden, soy un niño...
Y una sola vez en la vida...