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viernes, 8 de enero de 2010

1ª LECCIÓN DE BALONCESTO POR MESSINA



EL ENTRENAMIENTO



Creo que el entrenamiento es un momento básico en la vida de un equipo. Cuando yo entrenaba al equipo nacional de Italia estuve aún más interesado en la visita de mis colegas durante la semana para ver como ellos organizaban su trabajo que la en la ir a ver partidos de competición oficiales.



En el entrenamiento los jugadores deben cuidar sus cuerpos, preocuparse de la técnica individual y, bajo la dirección del entrenador, desarrollar los conceptos de equipo que después ellos habrán de aplicar en el juego.


El entrenamiento es el momento correcto y adecuado para hacer experimentos, cometer errores y hacer correcciones, combinar momentos de máxima presión y momentos de relajación.


Es el momento para asumir que estas dos horas están dedicadas a la mejora de los jugadores y del equipo y no sólo a mantener un determinado nivel.


Al mismo tiempo, en algunos momentos del año es importante no sobrecargar al equipo, aceptando que es recomendable mantener un cierto nivel de preparación física y técnica.


Pienso que el entrenamiento debe ser organizado según los siguientes principios concretos:














  1. Debe permitir los ejercicios de técnica individual y de tiro.


El entrenamiento debe ser competitivo


Pienso que la presencia de muchos jugadores es una ventaja porque permite que el equipo practique en las mismascondiciones o similiares que se producen en los partidos.


La tensión causada por propia competitividad, los detalles técnicos y físicos diarios durante el entrenamiento provocan la mejora. El problema de lesiones, causadas por la intensidad de los entrenamientos, es teórico porque las estadísticas demuestran que la mayoría de lesiones ocurre cuando la baja la intensidad en el contacto físico se asocia con la disminución de la concentración mental de los jugadores.


El entrenamiento requiere esfuerzo mental


El profesor Aza Nikolic, uno de los más grandes entrenadores de la historia del baloncesto europeo, siempre decía que si los jugadores no acababan los entrenamientos más cansados física que mentalmente, ellos no habían no habían conseguido nada de provecho. No creo que el entrenamiento deba producirse en una atmósfera oscura y tensa, pero los jugadores, seguro, deben aprender a a encontrar la concentración que no es nada más que la habilidad de entender qué es lo que creen que han de hacer y hacerlo.


Es importante para ellos tener entender claramente qué espera el entrenador de ellos para tener en correcta consideración sus sugerencias y comentarios y entender qué objetivos se persiguen en los diferentes momentos del entrenamiento. Aprender cómo entrenar no es fácil y a menudo requiere mucho tiempo para conseguirlo.



El entrenamiento debe ser organizado


Los jugadores deben sentir que nada en su trabajo se deja al azar y que cada momento del entrenamiento, incluídos los períodos de descanso, están planificados por el entrenador. Llegar al entrenamiento en el último momento, no tener una planificación clara del entrenamiento, no utilizar el reloj para organizar los ejercicios, crean una sensación de superficialidad que habitualmente afecta a los jugadores.


Es la primera responsabilidad del equipo de entrenadores que todo esto no suceda: sabiendo cuántos jugadores participarán en la sesión, cuánto durará, los objetivos técnicos y tácticos y la intensidad requerida en aquel día.


Realmente considero muy importante saber cuando hacer una parada durante el entrenamiento o cuando dar días de decanso, porque no es realista pensar que los jugadores pueden estar al máximo de sus prestaciones nueve, diez meses de forma consecutiva. Claramente, el momento de descanso y recuperación son la llave para conseguir que los jugadores puedan trabajar con gran intensidad en momentos específicos.



El entrenamiento debe tener objetivos específicos


Durante el entrenamiento los ejercicios deberían tener la finalidad de conseguir nuestros objetivos tácticos y recrear situaaciones de partido. Eso es posible haciendo una correcta progresión para llevar a los jugadores hasta el 5c5, pasando primero por el 1c1 hasta el 4c4.


Como ejemplo, si no aplicamos en nuestro ataque el corte de puerta atrás, no quiere decir que no tenga sentido trabajar este fundamento, porque trabajarlo seguro que ayudará a mejorar la actividad individual de nuestros jugadores.



El entrenamiento debe combinar el juego de equipo y los ejercicios.


El gran dilema para un entrenador de un deporte de equipo siempre es debería yo enseñar el juego a través del juego de equipo (en el baloncesto el 5c5) o mediante ejercicios.


A nivel senior, pienso que dedicar mucho tiempo a los ejercicios no es excesivamente productivo porque esto aleja a los jugadores de los objetivos principales: la calidad del juego de equipo 5c5. No es poco común que jugadores o equipos sean excelentes ejecutores de ejercicios y que sean pobres en el juego de equipo.


Al mismo tiempo, durante el entrenamiento se ha de disponer de tiempo para dedicarlo a dividir claramente las situaciones ofensivas de las defensivas y también para depurar la técnica individual. Es importante tener el equilibrio justo para conseguir combinar correctamente la atención en los detalles y el fluir del juego.



El entrenamiento ha de permitir los ejercicios de técnica individual y de tiro.


Siempre he considerado al jugador de baloncesto como un pianista o violinista, artista que cada día deben practicar los fundamentos de sus propias disciplinas. Ni los mejores jugadores del mundo pueden pasar mucho tiempo sin practicar su tiro o su 1c1. Tal trabajo es muy importante para mantener la confianza en sus propias habilidades y se pueda desarrollar de forma satisfactoria trabajando solo o con la ayuda del entrenador. Este hecho ayuda a crear un nivel muy alto de la concentración y la búsqueda de la calidad más alta posible en cada detalle que después se aplica en el partido. Esta es la razón por la cual, si ellos no tienen inconveniente en estar más tiempo en la pista, me gusta trabajar individualmente con los jugadores antes o depués de los entrenamientos.

LAS ESPECIES QUE PUEBLAN LAS CANCHAS DE BALONCESTO

Navegando por Internet he encontrado las diferentes especies de jugadores que hay por las pachangas de verano, amigos o empresa. Algunos de estos también te los encuentras por las competiciones oficiales. Están divididos en 8 especies, aquí os pongo las dos primeras. Cuando se acabe la entrega, vosotros vereis donde os veis o donde veis a algún amigo, también vale para lo enemigos. Jajajaja.



El "quiero ser como Iverson"

Especie: Tirahastalaszapatillus Maximus
Comportamiento característico: Lanzar la bola a la canasta. Prontito y a menudo.
Marcas Distintivas: Si lleva una "manga" (por ejemplo: lo que llevan AI, Carmelo...etc. en el brazo), y/o una camiseta réplica de la NBA, te espera una tarde muy larga
Enemigos Naturales: Los otros cuatro tíos de su equipo.
Grito de apareamiento: "¡Eso entra!" (Clank)




Es un chaval muy seguro de sí mismo. En eso tienes que estar de acuerdo. Fallará cinco seguidas, pero sabe que la sexta va a entrar. Y también la séptima. Y la octava. Y la decimoquinta. No es que el “quiero-ser-como-Iverson” no deba tener la bola -de hecho suele ser el que mejor la maneja de todos-, o que mejor que hiciese bloqueos, o buscase el rebote, o intentase ir bajo el aro (es demasiado bajo para ello). No, el problema con el “quiero-ser-como-Iverson” es el mismo problema que le pasa al verdadero Allen Iverson: El solo puede meter o sacar a tu equipo del partido. En este caso, suele ser sacarlo.

Con un estilo ciertamente guapo, el “quiero-ser-como-Iverson” suele empezar el partido muy fuerte, chuleando a su defensa con un par de espectaculares canastas en 1x1 (uno contra uno). Y hasta ahí. Concretamente hasta que el otro equipo se da cuenta. Entonces le persigue, le presiona, le hace 2x1. Eso deja a montón de tíos solos en las esquinas y bajo la canasta. Mueven las manos, dan palmadas. Lástima que el “quiero-ser-como-Iverson” no pasa. Sigue tirando, un tiro presionado tras otro, decidido a enseñar su talento, lo especial que es, su carácter imparable. Sus compañeros primero se enfadan, luego se vuelven vagos. Pasan de correr, de defender, ni siquiera correrán el contraataque ni intentarán meter canastas fáciles tras rebote.

Todo esto reafirma al “quiero-ser-como-Iverson” en lo que hace, hasta el punto que tirará hasta las zapatillas: antes o después, incluso el otro equipo se cabreará. El final suele ser de los peores posibles, el tipo de partido acabado, donde los jugadores se piran cabizbajos del campo con los brazos en jarras, murmurando cabreados, incluso antes de que se acabe el partido.

(Nota: para ser justo, se debe indicar que el quiero-ser-como-AI se digna a pasar al menos una vez en cada partido. Desgraciadamente, dicho pase suele ser un pase en espiral (n.del.t : corkscrewing se refiere al pase de futbol americano en el que la bola gira sobre sí misma como un sacacorchos), a 180 kph, sin mirar, desde 1 metro y medio, que consigue dejarte los dedos hechos puré, antes de desembocar en tus gónadas, dejando al quiero-ser-como-AI meneando la cabeza y prometiéndose a sí mismo que no volverá a pasar la bola en lo que quede de tarde).







El Que Es Demasiado Bueno.



Especie: Homo Superior.
Comportamiento Característico: Anotar cuando quiere, haciendo que sus oponentes parezcan cuatro peldaños por debajo.
Marcas Distintivas: Una mirada de aburrida indiferencia, sazonada con satisfechas sonrisas de autosuficiencia.
Enemigos Naturales: Ninguno. “El Que Es Demasiado Bueno” intimida, no inspira miedo.
Grito de apareamiento: "¡Bola!"





Él es lo más cerca que estarás nunca de jugar con Kobe Bryant. Y no de la manera que mola. “El Que Es Demasiado Bueno” es justo eso: muuuuucho mejor que cualquier otro en la cancha, tanto que parece venir de otro planeta, una lejana galaxia cuyos habitantes miden todos 2,13 y controlan esferas naranjas con el poder de su mente. A lo mejor ha jugado en Segunda, a lo mejor ha jugado en Primera. (Y como sea un ex-profesional, no te equivoques como mucho se está esforzando al 5%. Lo sé porque una vez gané a Isiah Thomas y otro tipo en un partido 2 contra 2 en mi gimnasio; Zeke estaba definitivamente más interesado en controlar su teléfono móvil que en controlarme a mí).

La cuestión es: Ir contra “El Que Es Demasiado Bueno” es sencillamente injusto. Irrisorio diría. ¿Intentas defenderle al hombre? Vas a echar algo desde tus entrañas más oscuras y profundas, uno de esos músculos del bajo vientre que ni siquiera sabías que tenías, hasta que estalla como un trozo de carbón candente que te hace dudar si tu apéndice ha reventado ya. ¿Crees que estás solo para un tiro? “El Que Es Demasiado Bueno” te alcanzará como un guepardo lo haría con un ñu que cojea, y entonces hará desaparecer el balón de en medio del aire. Con ambas manos.

Por darle un poco de vidilla, o bien para no dormirse, “El Que Es Demasiado Bueno” a menudo se relaja -tira con la zurda, defiende solo con las piernas, se dedica sólo a rebotear o pasar durante largos periodos de tiempo-. Lástima que nada de esto importe. Cuando el partido se decida, “El Que Es Demasiado Bueno” invariablemente meterá la canasta ganadora, rápido y con facilidad, como si los cinco tíos que intentan pararle desesperadamente fuesen cinco conos de tráfico.

¿Lo peor de todo? Que jugar contra “El Que Es Demasiado Bueno” es descorazonador, pero jugar en su equipo te hace sentir directamente como un fantasma: Puedes quedarte en la cancha hasta que apaguen las luces, pero aún así te vas a sentir menos involucrado en el partido que los que lo miran desde fuera.





"A CARCAJADA LIMPIA II"

SIEMPRE HAY UN MOMENTO PARA LA RISA

"A CARCAJADA LIMPIA"

Voy a ir poniendo vídeos que nos hagan sonreír, porque el baloncesto además de disgustos cuando se pierde, alegrías cuando se gana. También tenemos esas cosas que hacemos tan mal, pero tan mal que nos hacen partirnos de risa.